Galpones avícolas climatizados: Una herramienta eficiente aliada a la alta productividad.

Galpones avícolas climatizados, una herramienta eficiente.

Ciertamente, entre todas las áreas da producción animal, a avicultura está unos pasos al frente de las demás. La gran revolución pela que ha experimentado el sector se debe a diversos factores, entre ellos: el uso de nuevas tecnologías en las construcciones (galpones avícolas y otros) y el ambiente; mejorías sanitarias; conocimiento más profundo de los linajes y su nutrición; empleo de mano de obra especializada y la industrialización de la actividad en su conjunto, principalmente con la adopción de sistemas de integración y cooperativismo. Incluso con la alta eficiencia de los procesos y el arduo trabajo de toda la cadena de producción, las personas desinformadas aún persisten en disipar mitos, como el uso de hormonas, pero esta es una discusión para otro post.

Actualmente, las granjas comerciales de pollos para corte se caracterizan por su alta productividad, es decir, la producción es muy alta en áreas relativamente pequeñas. Los galpones avícolas permiten altas tasas de población, en promedio 14 aves/m² y, en determinadas regiones este número puede llegar a 20 aves/m², manteniendo las condiciones internas de temperatura y humedad relativa del aire adecuadas y satisfactorias para un buen desempeño animal. Pero ¿cómo esto es posible?

Un galpón avícola bien planificado debe proporcionar eficiente disipación del calor corporal producido por las aves y de los gases producidos por la cama, además de aminorar los efectos térmicos estresantes del medio ambiente. Por lo tanto, se hace necesario, antes de iniciar una construcción, el estudio em profundidad de las características ambientales locales y de las cuestiones termodinámicas involucradas en el funcionamiento y concepción de proyectos de climatización.

La asociación de sistemas de ventilación con sistemas de enfriamiento del aire proporciona condiciones eficientes en términos de confort térmico, cerca de la zona termoneutral del ave, que es cuando el gasto energético para mantener el ave o disipar la temperatura corporal es mínimo. Al referirnos al sistema de climatización del galpón, debemos especificar cuáles son sus componentes: ¿qué tipo de ventilación y cuál es su disposición? ¿Qué tipo de enfriamiento del aire se usa? ¿Qué tipo de veda tiene el galpón? ¿Qué sistema de iluminación se adopta?Para responder estas preguntas primero debemos definir algunos conceptos. En cuanto a la ventilación del galpón, puede ser natural o artificial, sin embargo, como lo natural depende del ambiente externo, sólo hablaremos de los sistemas artificiales o forzados. El desplazamiento de masas de aire en el galpón puede deberse a presión positiva, es decir, cuando hay ventiladores desplazando el aire en el interior de la construcción; o por presión negativa, cuando hay extractores que aspiran el aire. Además del tipo de presión ejercida, la ventilación (el extractor) puede disponerse lateralmente o en sentido longitudinal del galpón, formando un túnel de viento. En las figuras 1 y 2 tenemos ejemplos de cómo se comportan los sistemas:

Como sabemos, la ventilación no provoca una disminución en la temperatura del aire, sólo desplaza masas que proporcionan el intercambio de aire en la camada limítrofe que envuelve el cuerpo del animal, dando una sensación de enfriamiento. Para enfriar o calentar el aire es necesario transferir energía y/o masa por mecanismos sensibles (conducción, convección o radiación) o latentes (evaporación). En construcciones avícolas es bastante común el uso de mecanismos latentes en sus proyectos de climatización de ambientes, como el enfriamiento evaporativo adiabático del aire, cuando hay contacto entre el aire y el agua.

Actualmente en Brasil, los galpones avícolas equipados con sistemas adiabáticos evaporativos muestran algunas variaciones en la incorporación de agua al ambiente, ya sea por aspersión o nebulización dentro del galpón (Figura 3), o por paredes porosas (Figura 4) o placas húmedas (Figura 5). Así, el sistema de nebulización y el uso de placas evaporativas son dos técnicas de enfriamiento evaporativo, que pueden estar asociadas a la ventilación forzada de presión positiva o negativa.

La temperatura mínima del aire obtenida con estos sistemas es la temperatura del bulbo húmedo del aire de entrada, y su efectividad se puede determinar de acuerdo con la humedad relativa del aire en la entrada del sistema. Según la ASABE (American Society of Agricultural and Biological Engineers, 2008) la eficiencia máxima de este sistema sería de 80%.

Se sabe que existen una serie de factores que interfieren en el equilibrio térmico de una granja avícola, que se da desde el aumento de humedad a través de la cama, aves o bebederos, hasta cambios térmicos provocados por el piso (suelo) adyacentes. En cuanto a la configuración de los galpones avícolas, se deben buscar configuraciones que aprovechen al máximo los factores ambientales locales asociados al sistema de climatización adoptado, por ejemplo: influencia del tipo de superficie, cobertura del suelo y sombreado circundante; variaciones en la velocidad del aire, tanto con presión negativa, como positiva; durabilidad y resistencia, así como la depreciación del sistema a lo largo del tiempo; ubicación de las entradas de aire a los galpones avícolas y una distribución eficiente del aire refrigerado en el interior del ambiente. Finalmente, factores que optimizan los intercambios térmicos, sin consecuencias negativas para el desarrollo de las aves y, en consecuencia, permiten una reducción en los costos operativos y una mayor sostenibilidad.

Por: Fernando de Souza – Supervisor del Centro de Pesquisa de Agroceres Multimix