Al buey le gusta la rutina. Sabiendo esto, podemos decir que nada es tan importante en el confinamiento como el manejo de la rutina. Simplemente pase algunos días en una operación de confinamiento y notará fácilmente que la gran mayoría de las actividades ocurren, invariablemente, todos los días. En este sentido, siempre debemos buscar la estandarización de la rutina, generando hábitos diarios en los involucrados con esta tarea, lo que se reflejará en la mejoría de la ejecución de las tareas, que comienzan a suceder mejor cada día, llevando a los resultados esperados.
Formular una buena dieta, comprar ingredientes de calidad a un precio competitivo, trabajar con la asociación de aditivos, entre otros aspectos que se discuten mucho, son factores directamente relacionados con el resultado productivo. Sin embargo, para que se logre todo el resultado esperado, la gestión de la rutina se hace fundamental en la operación. Definir la estrategia nutricional es, por lo tanto, solo el primer paso para lograr el éxito, posteriormente, es necesario asegurar que lo que se formuló llegue al comedero todos los días de la misma manera y en las mismas cantidades definidas en el programa de formulación.
Al evaluar los costos de operación, una conclusión simplista resaltaría la importancia de los insumos de la dieta, ya que, excluyendo el valor de la reposición de la cuenta, el desembolso con la alimentación en confinamiento representa más de la mitad de los costos. Los otros gastos serían: sanidad, costos fijos, depreciación, mano de obra, entre otros. Se enciende la luz amarilla al ver que no se llega al resultado esperado si la rutina de confinamiento es un lío, está desordenada. En este caso, podemos afirmar que el 80% de los resultados obtenidos en una operación son el reflejo de la rutina, y solo el 20% se debe a la dieta. Lo que llama la atención es que la falta de rutina, que representa casi nada en el desembolso de la operación, puede comprometer todo el resultado de la dieta, que es el principal componente de costos de la operación.
Es evidente entonces que, en el confinamiento, los detalles rutinarios marcarán la diferencia. Sin duda, contar con un equipo motivado y comprometido con el negocio, también facilitará la estandarización de las actividades del día a día.
Dada la necesidad de monitorear la actividad, debemos tener un control diario de lo que sucede en el confinamiento para poder evaluar la salud de la operación. Definir un check list de acciones a realizar permite generar rutina y buenos hábitos en la actividad, además de monitorear lo que está siendo ejecutado.
Uno de los indicadores más importantes que podemos destacar, e que se debe evaluar con frecuencia, es la curva de consumo de los animales, o mejor dicho, la curva de suministro de alimento para los animales, ya que difícilmente una operación pesará las sobras de comida para conocer el consumo real ya que sabemos que el hecho de que el costo productivo de los alimentos está relacionado con lo que se le ofrece al animal.
En la Figura 1, podemos ver cuál sería una curva de consumo deseada para un lote del confinamiento. Es evidente que el consumo durante los días de confinamiento no es linear. En la fase inicial del confinamiento, el aumento del consumo tiende a ser muy rápido, hasta alcanzar valores del orden de 1,8 a 2,0% del peso de los animales (alrededor de 7 a 8 kg de MS). Después de esta fase inicial, los animales muestran un aumento constante, pero más sutil, en el consumo de MS. En medio del confinamiento, los animales entran en una fase de estabilidad del consumo, que se prolongará hasta el final, siendo las variaciones de consumo muy sutiles, con tendencia a la baja.
Sin embargo, no es difícil encontrarse con una situación como la que se encuentra en la Figura 2. Lo que parece mucho más al resultado de un examen de electrocardiograma que a una curva de consumo de los animales en el confinamiento, es una señal de alerta para cualquier técnico involucrado en la operación. En el momento, pueden surgir varias preguntas, tratando de asociar el motivo de la variación del trato a lo largo de los días. Preguntas como: ¿Los animales pasaron hambre? ¿Se retrasó el tratamiento? ¿se realizó la producción de acuerdo con la formulación? ¿Se suministró la cantidad de alimento correcta en cada corral? ¿Cómo es la calidad de los insumos? ¿Y el agua? Entre muchas otras preguntas.
Podemos destacar que conocer el consumo es el primer punto para la evaluación económica de la actividad. Es común escuchar productores discutiendo sobre el valor de la arroba, mientras que muchos de ellos no están seguros del costo de producir esa arroba.
En vista de la necesidad de una gestión de tranquera adentro, la hacienda pasa a verse como empresa, asumiendo así el control interno y chequeo de la rutina. Como ya se mencionó, la elaboración de una check list de puntos de control ayudará en el seguimiento de la actividad y toma de decisiones. Estos detalles deben ser la guía diaria del técnico responsable por la operación.
Podemos enumerar diferentes puntos de control en la operación, tan importantes como el seguimiento de la curva de consumo. Por ejemplo: un punto que a menudo se negligencia em las operaciones de confinamiento es la limpieza del bebedero. Tan importante como la misma calidad de los insumos que trabajamos en la dieta, el agua es fundamental para que el animal sea productivo.En la Figura 3, podemos ver un ejemplo de lo que sería una guía de control, o check list.
Para facilitar el control de esta información, ahora existen softwares para el control y gestión del confinamiento. Con estos programas, es posible controlar, además del flujo de animales e insumos, las operaciones de control del día a día. Lo interesante es que ya existen plataformas que permiten análisis muy dinámicos de los resultados zootécnicos y financieros de la operación, permitiendo – rápidamente – la evaluación a través de filtros, como: raza, proveedores, época del año, etc.
Finalmente, observa cuántas veces hablamos de rutina durante el texto. Sin duda, la gestión de la rutina es uno de los principales puntos relacionadas con el uso exitoso de los insumos y su conversión en producto animal.
Por: Anna Paula Roth Moretti – Nutricionista de Rumiantes en Agroceres Multimix