La importancia del Calostro

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El calostro es la primera leche que produce la vaca para poder alimentar al ternero recién nacido, y es de suma importancia ya que contiene los anticuerpos (Inmunoglobulinas) necesarias para la protección de la cría.

Dada la estructura de la placenta bovina la transferencia de anticuerpos al ternero por medio de la misma es nula, por lo que los terneros nacen sin defensas, y adicionado a esto su organismo y sistema inmune es inmaduro e incapaz de producir sus propios anticuerpos, por lo cual son muy propensos a enfermedades infecciosas, es por ello que el consumo del calostro les proporciona una inmunidad pasiva de inmunoglobulinas hasta que la ternera sea capaz de producir sus propios anticuerpos.

Propiedades del Calostro

En el calostro existen tres tipos de Inmunoglobulinas (Ig): IgG, IgM, e IgA; de la IgG existen dos isotipos: IgG1 e IgG2. Las Ig trabajan juntas para proveer al ternero con inmunidad pasiva. El calostro contiene de 70-80% IgG, 10-15% IgM y 10-15% IgA. La mayoría de las IgG en el calostro bovino proviene de la sangre. Las IgM e IgA son 2 sintetizadas por los plasmocitos en la glándula mamaria. El rol primario de la IgG es el de identificar y ayudar a destruir patógenos invasores. Debido a que son de menor tamaño que las otras Ig, se pueden mover fuera de la corriente sanguínea hacia otras partes del cuerpo donde pueden ayudar a identificar patógenos. Las IgM son los anticuerpos que sirven como la primera línea de defensa en casos de septicemia (envenenamiento de la sangre); son moléculas largas que permanecen en la sangre y protegen al animal de invasiones bacterianas. Las IgA protegen las superficies de mucosas como la del intestino. Se adhieren al revestimiento intestinal y evitan que los patógenos se adhieran y causen enfermedades (Quigley 1997).

El calostro no es solamente una fuente de anticuerpos para las terneras, si no también es la principal fuente nutricional en la alimentación de las mismas, por su alto contenido de proteínas, vitaminas y minerales; en mayores concentraciones que el de la leche habitual de las vacas.

Características y composición química del calostro y leche de ganado Holstein

En el anterior cuadro se puede observar las características y propiedades químicas del primer calostro, los subsecuentes y la leche normal de las vacas en producción.

Los aspectos que afectarán a la calidad del calostro son:

  • Si el periodo seco es muy corto (menor a 3 semanas), no habrá tiempo suficiente para acumular Ig en la glándula mamaria (Nousiainen et al., 1994).
  • Vaquillas de primer parto generalmente tienen una concentración menor de Ig que el producido por vacas con mayor número de partos. Una razón es que las novillas han sido expuestas a antígenos por menor tiempo que vacas con más lactancias. El mecanismo de transporte de IgG hacia la glándula mamaria puede también estar menos desarrollado que en el de vacas adultas (Devery y Larson, 1983).

En el siguiente cuadro se puede observar el factor de como el número de partos puede influenciar en la cantidad de anticuerpos aportados por la vaca.

Contenido de anticuerpos en la leche de acuerdo al número de partos

  • Algunos estudios han indicado que la raza puede tener algún efecto sobre la concentración de Ig en el calostro. Sin embargo, los resultados han sido variables y con tendencias poco consistentes. Muller y Ellinger (1981) al comparar la concentración de Ig en el calostro de vacas de cinco razas de ganado lechero, encontraron que el promedio de Ig totales fue de 8.1, 6.6, 6.3, 5.6 y 9.6% para la raza Ayrshire, Pardo Suizo, Guernsey, Holstein y Jersey, respectivamente. A pesar de que las diferencias fueron significativas, los resultados obtenidos no deben generalizarse, ya que en el estudio se utilizó un número muy limitado de muestras por cada raza.

Suministro del Calostro

El suministro de calostro a las terneras recién nacidas es de suma importancia ya que determinará el efecto significativo o nulo del mismo, entre los factores que se pueden presentar tenemos los siguientes:

Tiempo al nacimiento/primera toma de calostro, el tiempo adecuado está entre las 0-6 horas de nacimiento, tanto por el tema de calidad del calostro como la capacidad de permeabilidad de la mucosa intestinal para absorber las inmunoglobulinas. La eficiencia aparente de absorción reportada de IgG del calostro dentro de las 2 horas del nacimiento oscila entre 21 y 50% (Besser et al., 1985). Considerando una eficiencia del 25%, la ternera deberá consumir un mínimo de 112 g de IgG (28 g / 0.25 = 112 g).

Concentración de IgG en el suero sanguíneo de terneras alimentadas con tres cantidades diferentes de calostro (Stott et al., 1979c)

Cantidad y calidad de calostro suministrado, un calostro con mejor calidad de inmunoglobulinas necesitará un suministro de menor cantidad comparado con un calostro de menor calidad de Ig. Es importante notar que la cantidad de Ig absorbidas antes del cierre intestinal aumenta conforme aumenta la calidad y el volumen de calostro ofrecido. Pritchett et al., (1991) observaron que terneras alimentadas con 2 L de calostro alto en Ig a las 0 y 12 h tuvieron concentraciones de IgG1 en suero significativamente más altas a las 8, 12, 24 y 48 h de nacidas que terneras alimentadas de manera semejante con calostro bajo en Ig. La cantidad total de IgG1 ingeridas por las terneras que consumieron calostro de mejor calidad fue aproximadamente dos veces mayor que las de las terneras que consumieron calostro de menor calidad (240 vs. 132 g). Las terneras que se alimentaron con 4 L de calostro alto en Ig recibieron 50% más IgG1 que aquellas terneras que se alimentaron con 2 L (361 vs. 240 g) y la concentración promedio de IgG1 en el suero a las 48 h fue aproximadamente 50% más alto (30 vs. 21 mg/mL).

De acuerdo a Nousiainen et al., (1994) una inmunidad adecuada requiere de una concentración de IgG en suero de al menos 10 mg/ml (1000 mg/dL ó 10 g/L).

Davis y Drackley (1998), sugieren que una concentración en suero igual a 15 mg/ml es más deseable como meta de manejo, pero dicha meta aumenta la cantidad de calostro requerido. Además, hay que tomar en consideración que si la ternera es más pesada o si la capacidad de absorción es menor, la cantidad de calostro a suministrar debe ser mayor.

Litros de calostro necesarios para alcanzar una concentración de IgG en suero sanguíneo de 10 mg/ml.

Volumen de plasma estimado de 8.5% del peso corporal (Quigley et al., 1998).

Otro factor importante en la suministración del calostro es la forma en la que se lo ofrece al ternero, si al recién nacido se le da el calostro con biberón debidamente higienizado tendrá una mejor absorción en comparación con una sonda esofágica ya que la leche que se da por medio del último método no va directamente al abomaso si no que es depositado en el retículo-rumen y su paso hacia el abomaso tarda unas 3 horas más.

La toma oportuna de una cantidad suficiente de calostro, rico en inmunoglobulinas es esencial para aminorar la pérdida de terneras debido a enfermedades neonatales. Shearer et al., (1992) concluyeron que de 10 a 40% de las terneras no logran alcanzar las concentraciones adecuadas de Ig en suero cuando se alimentan con calostro de baja calidad.

En otro estudio, Brignole y Stott (1980) reportaron que de 25 a 42% de las terneras recién nacidas no pudieron tomar el calostro de sus madres en las primeras 14 h post-parto. Por tal razón, no debe asumirse que las terneras nacidas durante la noche han consumido una cantidad adecuada de calostro. A dichas terneras se les debe alimentar a mano una cantidad adecuada de calostro lo antes posible. Preferentemente, un calostro de buena calidad debe alimentarse en los primeros 30 minutos después del nacimiento por medio de chupón o un alimentador esofágico.

Franklin et al. (2003) indican que en caso de que no se conozca el contenido de Ig en el calostro, es recomendable alimentar al menos 2.84 L por medio de chupón o tubo esofágico inmediatamente después del nacimiento y ofrecer una segunda toma igual entre las 8 y 12 horas de edad.

Almacenamiento del calostro

El calostro puede ser refrigerado (4°C) por una semana sin que pierda su calidad. Por su parte, el calostro en exceso se puede congelar y almacenar hasta por un año sin que pierda actividad o disminuya el contenido de Ig (Davis y Drackley, 1998). Es de suma importancia identificar el calostro con la fecha, identificación de la vaca y el nivel de inmunoglobulinas estimadas con el calostrómetro.

El calostro almacenado, cuando se va a suministrar a las terneras, se puede descongelar ya sea en agua tibia (45- 50°C) o en horno de microondas, con el cuidado de no sobrecalentarlo, ya que esto podría degradar las Ig y otras proteínas dando como resultado un calostro de baja calidad.

Fuente: Escrito por Luis Burela, nutricionista y asesor técnico de Cedrovet Srl.

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