Rentabilidad de la Granja de Porcinos
Atención y buena gestión de los días no productivos de las matrices, en una granja de porcinos, con 1.500 hembras puede generar una ganancia anual para el productor porcino superior a 20 mil reales.
En períodos de márgenes reducidos en la cría de cerdos, ya sea por el bajo precio de la carne porcina que se le paga al productor, o por el aumento de los costos de los comodities de los productos básicos utilizados en la alimentación animal, es muy común que los criadores de cerdos adopten prácticas que proporcionen reducciones de costos directamente relacionados con las dietas, ya que los alimentos pueden representar más del 80% de los costos de producción de la actividad. Sin embargo, la atención de los porcicultores y, principalmente, de sus técnicos, debe dirigirse a los factores que pueden ejercer una gran influencia dentro del sistema productivo, como por ejemplo son: la productividad de la granja. Para eso, es fundamental que gestionemos los parámetros de producción y entendamos cómo se correlacionan.
Nos acostumbramos a evaluar los principales factores que provocan una pérdida de eficiencia productiva de forma aislada. En el sector de la reproducción, las discusiones sobre la tasa de natalidad, tasa del retorno al celo y la tasa de abortos son comunes y es difícil correlacionarlas con los resultados económicos de la granja. Una forma eficiente de evaluar y cuantificar estas fallas es establecer los días no productivos (DNP), que por definición son los días en los cuales las matrices -a partir de la entrada a la fase reproductiva hasta la venta/sacrificio, no están gestando ni amamantando. Desde el punto de vista económico, estos días son muy perjudiciales para la granja, porque los animales en este período están comiendo pienso, ocupando espacio productivo en la granja y necesitan mano de obra para su cuidado y productos veterinarios, sin generar ingresos.
Los DNP se pueden subdividir en varios intervalos y, al abordar cada componente por separado, los productores pueden aplicar de manera más eficiente las herramientas de gestión para sectores específicos. Los intervalos que tienen el mayor potencial para cambiar DNP se enumeran a continuación:
- Intervalo Pre-Cruzamiento y Tasa de Retención de Primerizas
Uno de los periodos que más acumula DNP es el intervalo entre el ingreso de las primerizas a la granja hasta el primer cruzamiento. Promover una adecuada adaptación, seguida de un buen manejo de la inducción a la pubertad y la formación de grupos de cobertura, son imprescindibles para una buena productividad y longevidad de la matriz. De esta manera, conseguimos producir suficientes animales para alcanzar los objetivos de los cruzamientos y permitir que estas hembras permanezcan en la granja durante por lo menos cinco partos.
Los estudios sugieren que la tasa de retención de hembras hasta el tercer parto debería ser de 70% (Pinilla y Lecznieski, 2010). El gráfico 1 ilustra la importancia de los días no productivos (DNP) de una de las hembras jóvenes, en comparación con las hembras mayores (Lucia et al., 2000). Se observa que, con el aumento en el orden de parto, tanto el número de días en el rebaño como los días no productivos de esta hembra aumentan, pero en proporciones muy diferentes. Por tanto, una matriz de orden de parto 1 tiene aproximadamente 220 días de rebaño, 120 de los cuales no son productivos. En contraste, una matriz de orden de nacimiento 6 tiene aproximadamente 820 días de rebaño y 150 días no productivos.
El intervalo de destete (IDC) corresponde al período entre el día del destete y la nueva manifestación del estro en la matriz porcina. Este intervalo ejerce un gran impacto en el DNP y su reducción se considera una medida importante para incrementar la eficiencia productiva. Una granja que tiene una buena eficiencia para este parámetro tiene el 90% de sus hembras cruzadas hasta 7 días después del destete. El manejo nutricional durante la lactancia tiene una gran influencia sobre la velocidad en que las matrices se recuperan durante este período y vuelven al celo para recibir un nuevo embarazo, pero a menudo se descuida negligentemente la alimentación y puede tener un efecto significativo en la capacidad de la matriz para regresar al estro. Brindar una dieta que cumpla con los requerimientos de las matrices en esta fase, evitando así una pérdida de peso corporal en la fase de lactancia – mayor al 12% -, la adopción de un adecuado manejo de estimulación y detección del celo, son algunas de las estrategias para reducir este intervalo.
- Intervalo Post-Cruzamiento
La detección de las hembras que no están preñadas después de la inseminación lo antes posible, es un factor importante para reducir los días no productivos. Para Wentz et al., (2000) el porcentaje de retorno al estro esperado en una granja de porcinos – es entre el 6-8% y en general la relación entre retornos regulares e irregulares – puede considerarse aceptable en la proporción de 2: 1. El período en el que se detecta este retorno es muy importante, ya que en muchas granjas observamos una excelente tasa de partos, pero un bajo número de lechones producidos/matriz/año, lo que ciertamente puede estar relacionado con la detección tardía de los retornos al celo. El registro correcto en las fichas individuales de la fecha de cobertura, la formación de grupos según la edad de gestación y la inspección diaria de las matrices, con la ayuda de un rufián, esto debe ser parte de la rutina del sector de la gestación para poder anticipar – al máximo – la identificación de los retornos. La técnica de ecografía también se puede utilizar como un examen complementario para ayudar en el diagnóstico de embarazo.
- Intervalo de Remoción
Es en el momento del destete cuando se toman las decisiones para deshacerse de las matrices. El orden de nacimiento avanzado, asociado a la baja productividad, trastornos reproductivos y problemas locomotores son las principales causas de descarte. Y este intervalo entre el momento de la toma de decisiones para el descarte y el retiro efectivo de la hembra de la granja, puede aumentar los días no productivos. La granja debe tener un plan para el destino de estos animales, evitando la acumulación de hembras vacías.
Para el cálculo de los DNP utilizamos la siguiente fórmula:
DNP = 365 – ((Lactancia + Gestación) *parto/hembra/año))
La duración de la gestación es inherente a la fisiología del animal, no siendo posible la alteración. El período de lactancia debe definirse teniendo en cuenta la calidad de los lechones a destetar y, además, debe respetarse el tiempo de recuperación del útero para la próxima gestación. Generalmente, se recomienda un período de lactancia promedio ideal tanto para hembras como para lechones, alrededor de 23 días, respetando la edad mínima de 21 días. Por lo tanto, debemos esforzarnos para reducir en los demás intervalos que interfieren con los partos/hembra/año.
Ahora que sabemos qué intervalos tienen el mayor impacto en DNP y dónde estamos en condiciones de actuar, debemos comprender cuál es el impacto real de estas fallas productivas dentro de la granja. Usando como ejemplo una reducción de 50 a 40 DNP – en una granja con 1500 matrices – debemos calcular el impacto productivo de la siguiente manera:
Primero, debemos calcular el valor productivo de la granja durante 1 DNP. Para ello, necesitamos dividir el número de lechones destetados/hembras/año (D/H/A) por el número de días del año. Esta granja cuenta con 27 DFA, por lo que el valor productivo de un DNP será de 0.074 lechones. Con este valor podemos calcular el impacto productivo de 10 DNP/matriz dentro de este plantel: 0.074 x 10 x 1500 = 1110 lechones destetados/año que no están generando ingresos.
Para traducir este valor, económicamente, podemos utilizar el indexador de las principales agroindustrias para el precio pagado al lechón destetado: Peso del lechón (Kg) x Precio del cerdo (Kg / PV) x 3,5. Considerando un peso promedio al destete de 6,5 kg y el precio del cerdo de R $ 3,00, 10 DNP/Hembra/Año no generan ingresos de R $ 75.757,5/año.
- Primero, es fundamental que la granja tenga una metodología de gestión. Establecer metas para cada sector y capacitar a las personas involucradas en los manejos es la base del éxito;
- Utilizar un software que permita hacer la gestión de la información y ayude a la toma de decisiones;
- Tener un programa adecuado de reposición de primerizas. Esto es aún más relevante con las granjas de Multiplicación de Rebaño Cerrado (MRF), donde el acompañamiento de la futura matriz -comienza en el momento del nacimiento. Adoptar criterios muy estrictos a la hora de seleccionar las primerizas y trabajar con grupos de animales para cumplir con el objetivo de cobertura.
- Tener un manejo nutricional adecuado de acuerdo con las exigencias, principalmente en la fase de lactancia;
- Establecer un estándar de calidad para la compra de los ingredientes utilizados en el pienso. Muchas fallas reproductivas son causadas por ingredientes contaminados con micotoxinas, por ejemplo;
- Revisar periódicamente el protocolo de inseminación y la calidad del semen;
- Centrarse en identificar posibles retornos en los primeros 35 días de gestación;
- Establecer criterios para el descarte de las hembras y su retirada efectiva del rebaño.
Nutrição Animal – Agroceres Multimix
Referencias:
Lucia T. Jr, Dial G.D. and Marsh W.E. 2000. Lifetime reproductive performance in female pigs having distinct reasons for removal. Livestock Production Science 63, 213–222.
Pinilla J.C., Lecznieski L. Parity distribution management and culling. In: Manitoba Swine Seminar, 24, 2010, Winnipeg, Manitoba, Canada. Proceedings … Winnipeg: MSS, 2010. p.113-121.
Wentz, I., Heim, G. & Bortolozzo, F.P. Como avaliar e interpretar o aumento dos retornos ao estro após a insemnação artificial n suinocultura. Acta Scientiae Veterinariae. 36(Supl 1): 67-75, 2008